13 de diciembre de 2008

Cómplice


Bajo la mirada cómplice de la luna llena, danzamos por nonésima vez el ritual amatorio a que nos invoca cada noche. No es la primera ocasión en que asiste puntual a nuestra cita, pero ahora la sentí más dispuesta a trascender su estatus de testigo, para ser partícipe de la ofrenda al amor de nuestros cuerpos. Descorrió el manto nocturno osada y sin recato, imponiendo su reinado a cualquier astro. Encendió la noche con su estela para evitar confundirse en las siluetas. Se coló por todos los resquicios, impaciente, sin tacto y vencedora del espacio. No hubo manera de guarecernos de ella: doble desnudez a su acecho brillaba. En tus ojos, como espejo mostraba las transformaciones sutiles del encanto. La sentí penetrar en mí, ávida de un impulso carnal que la confirmara plena en su unidad de seda. Deseosas de ti, ambas nos escabullíamos por tus brazos dejando una estela titilante de estrellas... El éxtasis nos encontró con ella en tu regazo. Enigma lunar, te desentrañaré a bocanadas sin descanso, escurrirá tu jugo de mi boca y una frase no antes revelada nos será dicha. El día traerá la fecha prometida y en ti la noche ya no tendrá cabida.


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