8 de julio de 2009

Mar


Descubro que tengo un mar dentro, inacabable océano de marejadas infinitas... Olas que no cesan y sacuden mi esqueleto. No hallo cómo retener el agua, se desborda a borbotones por mis ojos, se cuela por los poros... A ratos siento que la angustia me exprime y me vacía el líquido hasta quedar seca, inerme, desmoronada... pero no, siento el volcán acuoso estallar una y otra vez, golpetear las paredes internas de mi coraza frágil, deshacer mis entrañas, aniquilar los pedazos de certeza que con tanto celo resguardaba.
El mar es un tormento despiadado, incansable, inagotable... Transmuta las visiones, emborrona los recuerdos con su confusión líquida y suelta. Cuesta trabajo asirse: los resquicios sobrantes están afilados y lastiman. Estos ríos sin freno son como magma candente, me calcinan.
Cambio de piel, mudo de cuerpo, en el proceso queda mi carne viva, roja, dolida...

2 comentarios:

claumont dijo...

Como siempre.. me encanta tu manera de escribir... sabes que es lo increible del Mar? que lleva todas las emociones dentro.. y se que tu mar, tambien..

en definitiva ANIMATE A PUBLCIAR.. yo sere la primera en la fila de la tienda para comprarlo.. tu admiradora y hermana Claudia Montero

Martha, la de siempre dijo...

Como siempre, mil gracias hermosa... ¡y que te quiero mucho!