16 de julio de 2009

Justo hoy pensaba en ti


Iba en el coche y llovía, agua estruendosa y fría. Arreciaba la llovizna transformándose en tempestad urbana: encharcamientos, humedad, caos, tráfico... Me tocó un alto y a lo lejos vi cruzar una esbelta figura de hombre: empapado su atuendo, actitud serena, las manos en los bolsillos, en una elegancia mojada a pesar del cabello que le escurría y las gotas enormes que con certeza le incomodaban el rostro. Traté de verte en él, con igual elegancia y mejor porte, sin saco, la camisa pegada a tu piel, translúcida la fortaleza de tu cuerpo, tu pecho viril y tus pezones excitados por el sutil roce con la tela hecha agua...
Me imaginé entonces desprendiéndote del peso que adquiere la ropa cuando se llena a mares del cielo, secándote a besos, arropándote con ternura, convirtiendo la frialdad de la tarde en fuego amable y sin prisas... 
Quise que fueras tú, quise ser lluvia...

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