16 de enero de 2011

Otra



Juego a ser otra, la que evade silencios y traspasa tu ausencia… Entrelazo mi piel a tu piel, encadeno tus ojos a los míos, respiro de tu aliento y le hablo finamente a tus oídos… Mis pezones erectos en tu pecho deletrean deseos cincelados a fuego… El fuego mismo de tu virilidad responde complacido… Mis caderas danzan sometidas al ritmo de la noche… En la ceguera nocturna tus manos son guía sabia en esta travesía… El reloj del tiempo trastoca su andamiaje y nos fugamos en breves infinitos… Se colapsa mi vientre multicolor de sensaciones, se evaporan los cuerpos en unidad volátil… Aprisionada en ti, encarcelado en mis abrazos, custodiamos las marejadas que alebrestan los sentidos… Lúdicamente otra, encarnada fantasía, avivo tu imaginación dormida…

4 comentarios:

EKO dijo...

Es tan cierto, ese ritual nocturno de los cuerpos que se buscan, se abrazan. Dice Kundera que el verdadero amor se delata en los que duermen tomados de la mano.

Martha, la de siempre dijo...

¡Gracias por seguir leyéndome, mi querido y admiradísimo Eko!
Te mando un enorme abrazo...

Andrei Rublev dijo...

¿Qué es "alebrestan"?
Enorme literatura... sofocante... (no digo más)

Martha, la de siempre dijo...

¡Mil gracias por tu comentario Arsenio!
Alebrestan: alborotan: alocan
¿No pierde uno un poco -o un mucho- el control de uno mismo al entregarse a la pasión?