28 de enero de 2009

Candente


Recuerdo la primera vez que vi tu huella en la arena.
Diamantina de luz titilaba a tu paso.
Las ondas de sol creaban un espectro que te difuminaba...
Más de una vez te creí un espejismo y extasiada te seguí.
La mar sazonaba el ambiente y un gusto a sal atizaba el fuego de mi boca.
...Candente...

En medio de un suspiro alcancé a tocar tu pecho desnudo, virilidad expuesta, afrodisíaca...
Tus ojos adquirían tonalidades de arcoiris y el enigma que te envolvía marcaba sus propios surcos.
Mi deseo temblaba bajo el sol abrasante.
...Candente...

Extendiste tu brazo y a tu contacto estallaron las chispas de un incendio.
Me envolviste en tu cuerpo y desaparecí del mundo para entregarme tuya...
El agua ancestral resultó nuestro cobijo.
Vi partir sin pudor las prendas diminutas y todo obstáculo vencido.

...Candente...

Me hice agua, me diluí en tus poros y aún conservas sabor a mi en los trazos profundos de tu boca.

22 de enero de 2009

Pornografía


Buscando el canal de siempre u otro cualquiera, qué más da, tope con uno porno, tan burdo, tan impuesto, que retuvo mi atención por algunos momentos... ¿Cómo pueden ofrendar sus cuerpos sin sumergirse mutuamente en las miradas? ¿Por qué la fusión de nuestro abrazo se traduce en ellos en una acrobacia insulsa? ¿Creerán que haciendo muecas avivan los deseos? Parecían maniquíes articulados saciando una sed falsa... ¡Que alejados del rito corporal que deviene en formas infinitas del encuentro! Su piel no vibraba como la mía cuando susurras apenas la caricia, sus ombligos carecían del imán que me une al tuyo, sus poses como estigmas no producían el misterio infinito que soplas en silencio por mi oído... No es el brillo del reflector, es que la muerte les ha invadido sin saberlo...

15 de enero de 2009

Frío


El amanecer nos sorprendió con niebla, frío y sábanas calientes que no deseaban despedirnos. Nuestras miradas se cruzaron con el halo de la satisfacción de un sueño compartido, las bocas se buscaron, las lenguas se abrazaron. Nos recogimos dentro y permitimos que nuestras diestras se encontraran. Uno a uno los dedos se tocaron, reconociendo con la luz del día las siluetas trazadas por la noche... 
Al calor de tu cuerpo me amparé, al calor del mío te refugiaste. Afuera el ritmo de la vida se volcaba incesante, presuroso. En nosotros la paz de los abrazos. Cerré los ojos para sentirte mío, me dejé ir para ofrecerme tuya. Llovía... Las gotas resbalaban por la ventana y su humedad rozaba mi entrepierna. Paisaje sonoro el de la calle agobiante, dentro de mi anhelos fluyendo liberados.
Mi espalda dejándose ir contra tu pecho, tu nariz en mi cuello, palabras susurrantes en mi oído, piernas multiplicadas y manos que no saben estar quietas...
La mañana avanza. La temperatura demanda abrigos y bufandas. Reímos cómplices, tenemos un secreto: todo el calor guardado en una cama...

9 de enero de 2009

Puntualizando


Me enamoré de ti al escucharte. No, no fue con la vista aunque también me gustas y bastante. Fue al compás de tus ideas, de las descripciones de tus mejores momentos, de tus suspiros por las etapas plenas de la adolescencia, por el entusiasmo con que nombras siempre al porvenir... Me fui enredando de a poco en tus palabras -suavecito, suavecito- hasta que formé parte de tus presentes y tus sueños. Ese viaje me llevó al centro de tu oído, a lamerte los vientos escondidos en el caracol interno, a probarte de a poco, a inventariarte con besos y caricias... Al tacto y con tacto me apasioné por ti, me mimeticé con tu cuerpo y logré ver la vida por tus ojos. A veces, incluso, me capto como una luna plena que se observa a sí misma, complacida, en lo profundo de la noche...